viernes, 7 de mayo de 2010

Erupciones volcanicas

Las erupciones históricas son aquellas que han quedado registradas y documentadas por el hombre a lo largo de la historia, y en Canarias, el periodo abarca los últimos 500 años. Durante este tiempo, no en todas las islas se produce actividad, tan sólo El Hierro, Lanzarote, Tenerife y La Palma han conocido erupciones volcánicas.



Existen numerosas referencias históricas sobre fenómenos eruptivos en el Archipiélago, aunque no todos se basan en la realidad. Es el caso de la erupción acaecida en el Valle de La Orotava, en Tenerife, sobre 1430. Se sabe por referencias guanches que hubo una erupción en esta zona, aunque no ha sido localizada con exactitud. Se cree que se dio a través de tres bocas eruptivas diferentes: la Montaña de Las Arenas o de La Horca, Montaña de Los Frailes y Montaña de Gañanías.

La Isla de El Hierro es de las cuatro la que presenta menor número de manifestaciones, contando sólo con el volcán de Lomo Negro, en el Noroeste del El Golfo, que entró en erupción en 1793.

Lanzarote será el escenario de la más espectacular formación de volcanes históricos. Las erupciones volcánicas de Timanfaya, ocurridas entre 1730 y 1736, van a ser las responsables del aspecto de gran parte de la isla conejera. En 1824, muy cerca de Timanfaya, entran en erupción tres nuevos volcanes, el volcán de Tao, el volcán Nuevo del Fuego y el volcán de Tinguatón.

Tenerife, además de la mencionada anteriormente del Valle de La Orotava, ha sufrido numerosas erupciones históricas. En 1492, Cristóbal Colón, en su paso por Canarias dirección a América, describe en su diario de a bordo una erupción volcánica en las cumbres de Tenerife. Ésta apunta varias hipótesis, ya que no está localizada. Por un lado se atribuye a Montaña Reventada y Montañas Negras, en el suroeste de Pico Viejo. Por otro también se piensa que pudo suceder en el cono superior y el cráter actual del Teide.

El siglo XVIII va a ser el más activo en Tenerife. Entre 1704 y 1705 se van a producir tres erupciones en la Dorsal de Pedro Gil, formando conos volcánicos en una línea de 12 kilómetros. En primer lugar, la erupción del volcán de Siete Fuentes, el último día del año 1704. Al mes siguiente, en Enero de 1705, el volcán de Fasnia. Y por último, en febrero de ese mismo año, se produce la erupción del volcán de Arafo.

En 1706, la actividad volcánica se manifiesta en la Dorsal de Abeque, al noroeste de la Isla, con la erupción del Volcán de Arenas Negras o Trevejo, que derramó sus lavas por el cauce de un barranco destruyendo el antiguo pueblo y puerto de Garachico.

En 1798 tiene lugar una nueva erupción, esta vez en el centro de la isla, en las faldas de Pico Viejo, conocida como Narices del Teide o volcán de Chahorra. Se formaron nueve bocas que dan lugar a una colada de materiales negros que se extiende por el sector sur de la Caldera de Las Cañadas.

La última manifestación volcánica de Tenerife tiene lugar más de un siglo después. En 1909, el volcán Chinyero, en la Dorsal de Abeque, entra en erupción.
Tenerife, además de la mencionada anteriormente del Valle de La Orotava, ha sufrido numerosas erupciones históricas. En 1492, Cristóbal Colón, en su paso por Canarias dirección a América, describe en su diario de a bordo una erupción volcánica en las cumbres de Tenerife. Ésta apunta varias hipótesis, ya que no está localizada. Por un lado se atribuye a Montaña Reventada y Montañas Negras, en el suroeste de Pico Viejo. Por otro también se piensa que pudo suceder en el cono superior y el cráter actual del Teide.

El siglo XVIII va a ser el más activo en Tenerife. Entre 1704 y 1705 se van a producir tres erupciones en la Dorsal de Pedro Gil, formando conos volcánicos en una línea de 12 kilómetros. En primer lugar, la erupción del volcán de Siete Fuentes, el último día del año 1704. Al mes siguiente, en Enero de 1705, el volcán de Fasnia. Y por último, en febrero de ese mismo año, se produce la erupción del volcán de Arafo.

En 1706, la actividad volcánica se manifiesta en la Dorsal de Abeque, al noroeste de la Isla, con la erupción del Volcán de Arenas Negras o Trevejo, que derramó sus lavas por el cauce de un barranco destruyendo el antiguo pueblo y puerto de Garachico.

En 1798 tiene lugar una nueva erupción, esta vez en el centro de la isla, en las faldas de Pico Viejo, conocida como Narices del Teide o volcán de Chahorra. Se formaron nueve bocas que dan lugar a una colada de materiales negros que se extiende por el sector sur de la Caldera de Las Cañadas.

La última manifestación volcánica de Tenerife tiene lugar más de un siglo después. En 1909, el volcán Chinyero, en la Dorsal de Abeque, entra en erupción.



La isla de La Palma es la que cuenta con un mayor número de erupciones históricas, además de ser la isla donde tuvo lugar la última manifestación volcánica. La primera en la isla palmera, corresponde más a erupciones prehistóricas que históricas. Se trata de la de Montaña Quemada. Tuvo lugar entre 1470 y 1492. Durante años se pensó que las crónicas de Torriani correspondían a esta erupción, pero la teoría ha sido refutada por dataciones posteriores.

El volcanismo histórico en La Palma propiamente dicho comienza en 1585. En este año se produce la erupción del Tahuya, caracterizada por la aparición de enormes bloques que reciben en la actualidad el nombre de Agujas de los Roques de Jedey.

Posteriormente se producen otras erupciones volcánicas en la Isla. En 1646 el volcán de Tigalate. En 1677, el de San Antonio, en donde una de sus bocas eruptivas sepultó la conocida como Fuente Santa. En 1712, fue el volcán de Montaña Lajiones o El Charco el que entró en erupción en la zona suroeste de la Isla.

En 1949, entra en erupción el volcán de San Juan. La noche del 24 de junio apareció el primer cráter sobre la dorsal de Cumbre Vieja, que fue bautizado como el del Duraznero. Unas dos semanas después, en el lugar conocido como Llano del Banco, se abrió una grieta a ras de superficie, de la que salieron dos ríos de lava que alcanzaron la costa occidental. Estos ríos, al llegar a la ermita de San Nicolás, se bifurcaron, lo cual fue atribuido a un milagro. El 13 de julio, surge la boca de Hoyo Negro, que provocó una lluvia de azufre y cenizas sobre Los Llanos de Aridane.

El último volcán de las Islas, el Teneguía, entra en actividad en 1971, en el extremo sur de la isla y sobre las lavas del volcán de San Antonio. Muchos de sus materiales son vertidos al mar, ganando de esta formar terreno a éste.


Las erupciones históricas de Canarias, en la mayoría de los casos gracias a su ubicación en zonas alejadas, no han causado daños personales. Sólo existe una excepción en la erupción del Teneguía, el único volcán canario con víctimas, ya que una persona falleció por la inhalación de gases tóxicos al acercarse demasiado. A ello, hay que sumarles daños materiales que han afectado a la economía de las zonas en donde se ha producido la erupción. Es el caso del Volcán de Arenas Negras en Tenerife en 1706, que destruyó el puerto de Garachico.

Volcanes en Canarias

Las islas Canarias constituyen una de las regiones volcánicas activas más interesantes del Planeta. Su estudio está ligado a los primeros pasos de la Volcanología actual, reflejados en los trabajos de grandes naturalistas del siglo XIX como Humboldt, von Buch, Lyell, Hartung, Fritsch, Reiss, etc. A lo largo del siglo XX ha continuado esta investigación en el archipiélago, paralelamente al fuerte desarrollo de la Volcanología, a cuyo progreso han contribuido los estudios sobre distintos aspectos del volcanismo canario.

Independientemente de su interés científico, el volcanismo canario supone un riesgo potencial para unos dos millones de personas que residen en alguna de sus ocho islas mayores o las visitan como turistas. Esta circunstancia exige mantener una vigilancia continua de la actividad volcánica, así como desarrollar medidas de prevención ante una posible crisis eruptiva.

El área volcánica canaria en el NW del continente africano se extiende por el Norte hasta los Bancos de Concepción y Dacia y por el Sur hasta los Sahara seamounts. Entre Canarias y Africa se localiza una importante cuenca cuyos sedimentos alcanzan los 10 Km de espesor. Hacia el Oeste se encuentran las llanuras abisales interrumpidas por importantes edificios volcánicos submarinos en una franja que se extiende desde la región del Haagar en el Norte de Africa hasta las White Mountains en Norteamérica, constituyendo la zona con mayor actividad volcánica del Atlántico (Fig. 1).

Las islas Canarias, como casi todas las islas volcánicas, son edificios que se elevan desde los fondos marinos por lo que solo una pequeña parte sobresale del nivel del mar. Esto quiere decir que conocemos directamente menos de un 10% del edificio insular, por lo que resultan del mayor interés los recientes estudios de los fondos marinos canarios en los que se han detectado numerosos edificios volcánicos e importantes depósitos de avalancha.

Canarias en la dinámica global

En la terminología usual de las áreas volcánicas, el Archipiélago Canario se incluye en el grupo de islas oceánicas. Forma parte, asimismo, de la Macaronesia con los archipiélagos atlánticos de Azores, Madeira, Salvajes y Cabo Verde.

Las islas Canarias están en la zona de calma magnética que bordea el océano atlántico, sobre una corteza oceánica generada en el Jurásico. Esta corteza tiene un carácter transicional con espesores que aumentan desde los 8km al W de las islas más occidentales, hasta unos 18km bajo las más orientales.

La principal singularidad del volcanismo canario es su prolongada actividad (más de 50 millones de años) y volumen (unos 150.000 Km3), que no concuerda con los rasgos volcano-tectónicos que corresponderían a su ubicación en un margen continental pasivo. Este hecho puede explicarse por las favorables condiciones que se generaron al frenarse la deriva del continente africano, cuando choca con la placa europea, hace unos 60 m.a. Este choque, provoca un giro de África en sentido contrario a las agujas del reloj creando un marco compresivo donde se conjugan los esfuerzos resultantes de este giro con la continua expansión del Océano Atlántico.

Lógicamente, las etapas constructivas iniciales del archipiélago canario no son bien conocidas ni en su cronología, ni en su composición, al tratarse de episodios submarinos que podrían correlacionarse con determinados episodios distensivos intercalados en los pulsos orogénicos de la zona occidental del Atlas, en el vecino territorio continental.

En algunas islas como Fuerteventura, el levantamiento progresivo de los bloques ha situado en superficie, materiales profundos (Complejos Basales) representados por sedimentos Cretácicos, lavas submarinas y rocas plutónicas (gabros y sienitas) que serían las raíces de los primitivos edificios volcánicos.

Por otra parte, las alineaciones volcano-tectónicas actuales coinciden con grandes fracturas del basamento en la prolongación de las fallas del Atlas africano o de los sistemas atlánticos de fallas transformantes.
Historia eruptiva del archipiélago canario
Como en todas las islas oceánicas de origen volcánico, las etapas iniciales de su formación corresponden a la denominada “fase escudo”. Esta fase, que suele ser muy rápida, es mayoritariamente submarina y culmina en todas las islas Canarias con grandes edificios que se engloban en las denominadas Series Basálticas Antiguas. Conocemos la edad estas formaciones en cada isla (Tabla 1) y sabemos por lo tanto su orden de aparición sobre el nivel del mar.

A la fase escudo siguen fuertes períodos de desmantelamiento, que pueden estar asociados a movimientos en la vertical. Estos levantamientos se constatan por el afloramiento de los citados complejos basales y por la existencia de lavas submarinas a distinta altura en varias islas (más de 1000 m en La Palma).

Mecanismos eruptivos y estructuras volcánicas
En el volcanismo canario se manifiesta una gran diversidad de mecanismos eruptivos, que pueden sintetizarse en dos grandes grupos: Volcanismo basáltico efusivo y Volcanismo félsico explosivo.

Las erupciones basálticas monogenéticas son relativamente tranquilas, exceptuando las que surgen en la línea de costa, donde es frecuente que la explosividad aumente al interaccionar agua y magma (erupciones hidromagmáticas), formándose conos achatados con cráteres de gran diámetro.

Las erupciones plinianas fonolíticas son responsables de los extensos y potentes depósitos de pómez en el sur de Tenerife, cuya última erupción de este tipo fue la de Montaña Blanca, en la base del Teide, hace 2000 años. También abundan, tanto en Tenerife como en Gran Canaria, los depósitos ignimbríticos que ya fueron descritos como eutaxitas en el siglo XIX.

En cuanto a estructuras volcánicas espectaculares y con un magnífico grado de conservación, destacan la existencia de estratovolcanes (Teide-Pico Viejo, 3718 m: la mayor altura del Océano Atlántico) calderas de colapso (Las Cañadas, con ejes de 16 x 9 Km) túneles lávicos (Cueva de Los Verdes, 7 Km), domos, pitones, conos de cinder, maares, hornitos, redes filonianas, campos lávicos de malpaíses y superficies cordadas, lavas submarinas, etc.
Los magmas canarios. Petrología y geoquímica
El volcanismo predominante en Canarias se alimenta de magmas básicos alcalinos que se generan en el manto superior a unos 70 Km de profundidad. Aunque estos magmas alcanzan rápidamente la superficie, pueden experimentar modificaciones durante su ascenso dando origen a una completa serie de términos: basanitas, basaltos, tefritas, etc.

Sólo en las dos islas centrales (Tenerife y Gran Canaria) se han dado condiciones favorables para que los magmas primarios evolucionen al detenerse temporalmente en cámaras magmáticas emplazadas a pocos kilómetros de la superficie. La evolución geoquimica (diferenciación) da lugar a magmas enriquecidos en gases y de composición félsica: traquitas y fonolitas, con términos peralcalinos de tendencias panteleríticas.

La voluminosa y prolongada actividad eruptiva de magmas, primarios y evolucionados, así como su mezcla ocasional, hacen que el archipiélago canario sea una de las áreas volcánicas con mayor variedad petrológica del planeta, como se refleja en cualquier diagrama clasificatorio de rocas volcánicas (Fig. 2).

Las relaciones isotópicas de las rocas volcánicas canarias permiten conocer las fuentes de sus magmas y compararlas con las de otras áreas volcánicas activas. Los contenidos isotópicos de las rocas canarias indican claramente que las fuentes magmáticas se encuentran en un manto anómalo con caracteres HIMU y DM, apreciándose también una participación del componente EM.

Islas Marianas

La Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte es un territorio en unión política con Estados Unidos, con una localización estratégica en el Pacífico Norte. Consiste en las catorce islas septentrionales de las Islas Marianas, situadas entre Hawái y las Filipinas, a 15°12′N 145°45′E / 15.2, 145.75. Las islas incluyen Saipán, Rota y Tinian, entre otras, con un total de 477 km². Saipán y Tinian son los puertos principales.

Historia Los primeros europeos que alcanzaron la zona de las Islas Marianas fueron Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, que desembarcaron en Guam en 1521. En 1565, las islas pasaron a depender de España. En el siglo XVII fueron evangelizadas por los jesuitas, con el beato Diego Luis de Sanvítores al frente.

Tras su derrota en la Guerra Hispano-estadounidense, España hubo de ceder Guam a Estados Unidos en 1898, vendiendo al año siguiente el resto de las Marianas a Alemania (junto con las Carolinas). Con la derrota alemana en la I Guerra Mundial y la pérdida de sus colonias, Japón ocupó las islas bajo mandato de la Sociedad de Naciones, transformándolas en una fortaleza militar. Durante la II Guerra Mundial, las tropas estadounidenses desembarcaron en las islas el 15 de junio de 1944 y tras una lucha de tres semanas, conocida como la batalla de Saipán, ocuparon las islas.

Tras la derrota de Japón, las islas fueron administradas por Estados Unidos como parte de un fideicomiso de las Naciones Unidas. Mediante este acuerdo, los asuntos exteriores y de defensa caían bajo la responsabilidad de los Estados Unidos. En 1970, el pueblo de las Marianas del Norte decidió no solicitar su independiencia, sino estrechar sus lazos con Estados Unidos. En 1975 se aprobó un acuerdo por el que se creaba el Estado Libre Asociado de las Islas Marianas del Norte en asociación con Estados Unidos.

* Gobierno y política
En 1970, el pueblo de las Marianas del Norte decidió no solicitar su independiencia, sino estrechar sus lazos con Estados Unidos.

Las Islas Marianas del Norte tienen un sistema democrático, representativo y presidencial, en el cual el Gobernador es el Jefe de Gobierno en un sistema multipartidario. Las Islas Marianas del Norte son una Comunidad en unión política con los Estados Unidos de América. Los fondos federales de la Comunidad son administrados por la Oficina de Asuntos Insulares del Departamento del Interior de los Estados Unidos de América.

Replicando la separación de poderes en otros territorios de los Estados Unidos de América y gobiernos estatales, el Poder Ejecutivo es ejercido por el Gobernador de las Islas Marianas del Norte, el Poder Legislativo está investido en la Legislatura bicameral de la Comunidad de Islas Marianas del Norte. El presidente del Senado, Joseph Mediola, es miembro fundador del Caucus de Presidentes de Senados de Áreas Extraterritoriales. El Poder Judicial es independiente del Ejecutivo y el Legislativo.

Sin embargo, la política en las Islas Marianas del Norte sería más bien “una función de relaciones familiares y lealtades personales”, donde las medidas de una familia extensa son más importantes que las calificaciones personales de un candidato o una candidata. Algunas críticas, incluyendo al autor de Saipan Sucks (Tragadas de Saipán), identifican estas prácticas con el nepotismo instalado entre los mecanismos democráticos.

Puerto de la luz - Gran Canaria

Puerto de la luz.

El Puerto de Las Palmas es, desde hace cinco siglos, la base tradicional de escala y avituallamiento de buques en su paso por el Atlántico Medio. Su estratégica situación geográfica, las excelentes condiciones de su bahía y la calidad de sus servicios le han situado en una destacada posición en las principales líneas marítimas entre Europa, África y América. La historia del Puerto de Las Palmas se puede decir que se inició cuando el navegante Cristóbal Colón utilizó su bahía en 1492, en su primer viaje hacia América, para acondicionar y reparar las carabelas La Pinta y La Niña. Su excelente ubicación no pasó desapercibida a las potencias europeas del siglo XIX, que la utilizaron como base de su expansión en América y África y para el desarrollo del comercio internacional.

El crecimiento de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria no se podría entender sin el Puerto de La Luz, que ha sido motor económico de la urbe más poblada del Archipiélago Canario, con 360.000 habitantes. Hay de destacar que desde el Puerto se desarrolló el comercio insular y nació una industria turística que hoy recibe a nueve millones de turistas al año en todo el Archipiélago y a 2,5 millones en Gran Canaria. El Puerto de Las Palmas cuenta hoy con 14 kilómetros de línea de atraque, que se extienden en armonía hacia el Norte de la Ciudad, y con una amplia zona de fondeo libre de tarifa para todas las operaciones.

- El Puerto de Las Palmas está conectado con 180 puertos y con numerosas líneas marítimas de los cuatro continentes.
- Se le conoce como la gran estación de combustible del Atlántico por las 1.500.000 toneladas de productos petrolíferos que se despachan anualmente, unas tres toneladas cada minuto.
- Por su cercanía a los ricos caladeros africanos y por su infraestructura es el primer puerto pesquero de la zona, con un movimiento diario de mil toneladas de pescado congelado.
- En el tráfico de contenedores es el primero de África Occidental y está entre los ochenta puertos más importantes del mundo. Cada dos minutos se carga o descarga un contenedor.
- Dispone del mayor centro de reparaciones navales de la zona, con polivalencia para realizar operaciones a flote de supertanques, varar buques de hasta 30.000 toneladas y embarcaciones deportivas (yates).
- Es un puerto tradicional en la ruta de los cruceros turísticos, con un volumen de más de un millón de pasajeros.

Dispone del mayor Puerto Deportivo de Canarias, con capacidad para 850 atraques. El Puerto de Las Palmas ha disfrutado de una tradicional libertad comercial, que ha perfeccionado a través del especial Régimen Económico Fiscal de Canarias, que es un estatuto fiscal especial dentro de la Unión Europea. El Puerto está desarrollando una superficie de un millón de metros cuadrados urbanizados para el desarrollo de la Zona Franca, la Zona de Actividades Logísticas y la Zona Especial Canaria (ZEC).

El Puerto de Las Palmas tiene una gran tradición de Puerto Franco desde 1852. Este modelo se ha perfeccionado con las nuevas ventajas que ofrece el nuevo Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), que define un espacio singular en el mundo comparable al de otras zonas off shore.

De esta manera, el Puerto desarrolla una Zona Franca, Zona de Actividades Logísticas (ZAL) y la Zona Especial Canaria (ZEC). Los tres regímenes se están desarrollando en una misma área de más de un millón de metros cuadrados de los Puertos de Las Palmas y Arinaga, que se ofrecen totalmente urbanizados a las empresas dedicadas a la producción, transformación, manipulación y comercialización de mercancías que deseen instalarse en ellos.

El Puerto de Las Palmas es el puerto más importante del Sur de Europa, el más relevante de Africa Occidental y de mayor tradición con América. Es, por tanto, el lugar idóneo para el comercio internacional por su renta de situación, por la infraestructura de comunicaciones, por sus mercados naturales con Africa y América, por el alto nivel de cualificación y por el dinamismo económico.